Gestión de la calidad ¿Se puede en Argentina?

Gestión de la calidad ¿Se puede en Argentina?

Las organizaciones pueden hacer enormes esfuerzos en organizar su personal, aumentar las ventas y mejorar la atención al cliente pero si no hay una eficiente gestión de la calidad, los problemas son inminentes.

¿Qué significa gestionar la calidad? 
Desde un punto de vista general, consiste en reducir los desperdicios y optimizar los recursos tanto humanos como materiales. Sin embargo, trabajar con calidad resulta más importante de lo que parece.  Las empresas que  se enfocan en este aspecto logran ser más  sistemáticas, con procesos más ordenados y previsibles. Tener un sistema ayuda a registrar errores y generar aprendizajes para evitar inconvenientes en el futuro. En este tipo de registro puede revisarse que una máquina funcione correctamente o que un ser humano realice las mejores prácticas posibles. Incluso cuando las cosas se hacen mal, el registro es el único camino para generar conocimiento que permita una mejora a futuro.

Los beneficios
Trabajar en optimizar la calidad provoca una mejora  de la cultura a nivel interno y se generan mejores productos. A su vez  puede significar un progreso en términos de imagen de la empresa frente a todo el mundo.

Evita lo peor
En aquellas organizaciones en las que no tienen en cuenta la calidad es en donde se provocan  más accidentes de trabajo. A menudo se puede ver que los elementos de mantenimiento  no están en su debido lugar, ahí empiezan los accidentes. Desde un aceite para máquinas hasta un producto de limpieza ubicado en el espacio inadecuado puede resultar en una lesión irreparable.

¿Es posible mejorar la calidad si nunca antes lo había hecho?
Trabajar en calidad es ocuparse de los hábitos de una organización, de cambiar actitudes. Es posible hacerlo cuando hay un especialista que se dedica y se lleva a cabo un plan de capacitación, mostrando las bondades que crea la mejora y los perjuicios de no llevarla a cabo. Lo que sin duda es innegociable es el ejemplo, cuando se predica pero no se practica, las enseñanzas terminan en un saco roto.

El problema no es el jugador sino el equipo
Frecuentemente la gerencia apunta a que los operarios no trabajan bien, pero el problema siempre es otro. Cuando la estructura no contiene al trabajador, las dificultades para mejorar son enormes. Messi si fuera un mozo, en el Barcelona estaría trabajando en un restaurant de tres estrellas Michelin y en la selección es como si estuviera en una parrilla al lado de la ruta en enero.

GUILLERMO G. LÚQUEZ V.

Dr. en Sociología, UCA. Lic. Administración Pública y Ciencias Políticas, Universidad Nacional de Cuyo. Programa Desarrollo Directivo, IAE. Fue Consultor en Great Place to Work. Ex Jefe de Relaciones Industriales Grupo Bemberg. Profesor del área Comportamiento Humano en la Universidad Austral. Director Académico del Instituto Madero, Formación y Perfeccionamiento Directivo.

 

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